miércoles, 7 de febrero de 2007

The most beatiful place I have ever seen

Este es, como digo arriba, el lugar más maravilloso y hermoso que he visto jamas. Se encuentra en la bahía de Ha Long, que está considerada la tercera bahía más hermosa del mundo. Despues de Ha Long, no quisiera morir sin ver las otras. Me encontraba haciendo un minicrucero con Angu, mi anfitriona en Indochina, era el final de mi estancia allí, tanto que bajé del barco, cogí el coche que nos ponía la agencia y tiré para el aeropuerto. Acababamos de salir de puerto cuando pusimos proa hacia un grupo de islas en la distancia, ocultas entre la bruma. No eran algo espectacular desde puerto, pero nunca olvidaré la sensación de estupor que sufrí cuando rodeamos la primera isla que, a modo de pantalla, ocultaba un archipielago de 3000 islas, algunas del tamaño de una casa unifamiliar y otras con varios cientos de metros de alturas, donde vivian hasta monos, pero ningun ser humano. El horizonte era confuso, porque tras las islas y entre ellas se veian recortadas las siluetas de otras islas, cada vez mas tenues, hasta que no habia un solo espacio libre, pese a estar en el mar. Resultaba como navegar por un cañon de un rio, pero con multiples canales. El aire me azotaba el rostro alegremente, feliz de haber salido de la ciudad, donde estaba atrapado entre los gases y las aglomeraciones humanas. Sobre nosotros, volaban aguilas pescadoras enormes, de mas de un metro de envergadura y de los acantilados de las islas caian cabelleras vegetales que rozaban el mar. Una marca de un metro y medio marcaba la marea alta, dando mayor sensación de irrealidad aun. Ante tanta belleza, que soy incapaz de reproducir aqui, mi unica reacción fue abrazarme con la boca abierta, quedarme callado (durante mas de 50 minutos, inedito!!) y llorar, llorar con enormes lagrimones, estupefacto por la grandiosidad de un paisaje inimaginable, uno de esos sitios en que no puedes mas que dar gracias por que exista algo asi y estar allí. Sabes que no mereces tanta belleza, que es más de lo que la vida habitual permite. Pero la tienes, la quieres coger, abrazar, retener, para que nunca dejes de ver esa gloria de la naturaleza. Me senti inmensamente afortunado y humilde. Una de las experiencias que me hicieron desear abrir este espacio de expresión e intercambio.

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