viernes, 9 de marzo de 2007

Asia ...... es muy grande.


Como es fácil de entender, un viaje a Vietnam tiene que dar mucho de si. Y de eso se trata en la imagen de hoy. Ya colgué una foto del emocionante crucero por la bahía de Ha Long, pero se trataba más que nada de la belleza natural. Esta foto se refiere sin embargo al paisaje cultural. Aunque parezca una perogrullada, la cultura vietnamita es muy diferente de la nuestra. Y muchas de esas diferencias no se perciben hasta que chocan dos formas de ver el mundo. Me explicaré, existen cuestiones que creemos en su validez universal de forma tan clara que ni siquiera imaginamos que son posibilidades, no verdades inamovibles. Por desgracia, no puedo transmitiros eso pero con esta imagen quiero mostrar un buen numero de rasgos propios de Asia, convertidos en tópicos por las películas.
Me siento en la escalinata de un pequeño edificio del templo de la Literatura, llamado así porque se trata de la primera universidad de Vietnam, con una antigüedad de mil años. Aquí se entrenaban en las disciplinas confuncianas los futuros funcionarios del estado.
Tras de mi se adivina la forma de una gran estela de piedra que surge del caparazón de una tortuga, animal sagrado o legendario en Vietnam. Sobre ella se inscriben algunos de los nombres de los que estudiaron aquí a lo largo de los siglos. Hay decenas de estas estelas, con centenares, si no miles, de nombres. Añadiré, como dato adicional, que esos nombres están escritos con caracteres chinos, como las placas de la fachada, pero que desde hace mas de 100 años ya no se utilizan, puesto que fueron sustituidos por un alfabeto de invención francesa para el idioma vietnamita.
Los dos bonsáis y la vegetación tropical que se adivina al fondo terminan de dibujar esta postal de viajero que hoy comento. Me gusta porque señala que aunque el mundo es más pequeño y las costumbres, menos propiedad de un pueblo, etnia o región, viajar sigue dándote el placer del doble descubrimiento, el de conocer otros mundos, otras verdades e historias; y el de conocerse a uno mismo un poco mejor, porque cuando estás fuera de tu entorno tus características como persona quedan resaltadas. Eso incluye las diferencias provocadas por la diversidad cultural. Así comprobamos como los occidentales individualistas que somos debemos mucho mas a la casualidad del lugar de nacimiento de lo que querríamos reconocer.

lunes, 5 de marzo de 2007

Milenarismo

Volviendo un poco hacia nuestra intención primera, es decir, las experiencias, tenemos hoy aquí una fotografía histórica en el mejor sentido de la palabra, puesto que se trataba de una efeméride singular, el cambio de milenio. Al rebuscar en pos de alguna imagen en mis albumes de fotos (son carpetas virtuales, ya lo sé, pero es más bonito así), ha venido a mi mente la reflexión sobre el anterior cambio de milenio, en plena Edad Media. No puedo dejar de reconocer que algo ha mejorado la cosa en cuanto a nuestra reacción al mero hecho de usar un sistema decimal de cuentas. Sin embargó, recordé que en la Edad Media existieron los goliardos, almas libres y dispuestas al disfrute de este mundo, puesto que es lo que hay. Sus canciones, criticas con la estrechez de miras y el fundamentalismo de los sacerdotes, son hoy conocidas por los Carmina Burana, que adapta las canciones de taberna y los versos al amor y a la vida. ¿A que viene todo esto? dirán algunos. Yo, por mi parte, creo que nuestra modesta fiesta del futuro recogía una visión de la vida, que existe para existirla. Un cántico al ahora, un "degenerado" Karpe Diem del siglo XXI.
De hecho, una parte misma del sentido de la vida lo podemos encontrar en las personas mismas de la foto. Aunque estaba en el centro del grupo y la cámara era mía, apenas conozco de verdad a la mitad del grupo. Lo que quiero decir es que esa fiesta, las fiestas de la Fábrika y antecedentes, eran siempre como estar en casa pudiendo conocer a gente en todo momento. Una mezcla saludable de grupo cerrado y cohesionado y multitud anónima.
Una de las cosas que más me gustaron de la fiesta fue la ambientación, como sentimos casi todos la necesidad de mutar con el cambio de año y proyectar una ilusión, sueño o pesadilla, del tiempo por venir. Me imagine a mi mismo como sacerdote de las cloacas, viviendo entre drogas de mil colores y basura electrónica. Coherente con mi papel, la química corrió a raudales por mi torrente sanguíneo aquella noche. Descubrí, a través de Laurita, que el agua es dulce bálsamo para la anfetamina. Ella apareció, puesta también, como un hada de cuenta, con su vocecilla aflautada, para evitarme las nauseas que el alcohol me producía.
Como prueba de nuestro carácter goliardico una visita a la fiesta de unos amigos me bastó. Las miradas de incredulidad y sana critica "normalizada", en una ciudad donde todos se disfrazan en Carnaval pero no pueden en Nochevieja, me hicieron sentir un marciano en mi barrio. Por eso volví pronto al platillo subterráneo y volvimos a salir volando.....

PD: Dejo como reto el descubrir a cada uno de los participantes en la foto. Algunos son más faciles que otros. ¿Que tienen las fotos de grupos que tanto atraen? ¿Será el paso del tiempo en el conjunto, y no en uno mismo? ¿Será tan sólo el momento atrapado?