miércoles, 12 de marzo de 2008

Absurdo

Realmente, no sé porque esta imagen me ha atraído hasta el punto de querer colgarla en mi bitácora. Quizás, el sinsentido de ver un barco en tierra, similar a aquella imagen de un fusil con un clavel o una nevera entre esquimales. Puede que sea la contundente prueba de la verdadera fuerza de la naturaleza, que a veces golpea nuestra confiada tranquilidad de dueños del planeta. Da miedo recordar que tormentas, sequías, tifones y demás irán a mas gracias a nuestras estupideces y egoísmos. Ejemplos como estos puede que sean más ilustrativos que un puñado de sensatos gráficos, porque tendemos a ser obtusos y acomodaticios. Esta mole, varada en una playa, muy similar a la Victoria, por cierto, me recuerda cuando daba miedo adentrarse en el bosque, porque allí eramos vulnerables, y nos imaginábamos terrores fantásticos para explicar nuestra debilidad. Se podría decir que algún dios de las profundidades nos ha expulsado de sus dominios, sacudiendo nuestra ufana sensación de propietarios del océano, más grande, más viejo y más sabio que los monos depilados en que nos hemos convertido.
No sé, quizás sólo sea que un barco fuera del agua introduzca un grano de arena en mis mecanismos mentales, haciéndolos chirriar. Pero me cuesta dejar de mirarla, casi con la boca abierta.