
Pd: Los lechones no son míos, se los estoy cuidando al Teti, al Pewee, a Nacho y demás padres precoces.
La veridica historia del hombre que subió una montaña para volverla a bajar y descubrir que no había servido para nada. ¿Para nada? No. Para descubrir que lo importante era la subida, no la montaña.
3 comentarios:
Sorprende sin duda esa mirada que el cerdoleón lanza a los lechones, cual ser hambriento mirando un surtido de ibéricos...
Que malo eres! La mirada, en origen canuteril, es ahora de amoroso cariño por los jabatos que me maman de las tetillas, dandome gustirrinin!
ole ese ramón dominando el photoshop!!!
Por cierto, la miradita....yo diría que es, más que canutil, viciosilla.....
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