domingo, 11 de febrero de 2007

Il mio fratello

Esta foto representa la calma tras la tempestad. Estabamos en la Granja de San Ildefonso, cerca de Segovia, y habiamos ido para ver nieve, que en Segovia apenas había esa tarde, el mismo día que llegamos. Al día siguiente caería una gran nevada sobre nosotros cuando estabamos junto al acueducto, pero claro, no podiamos saberlo. Nos fuimos Isa, Pablo y yo, dejando a nuestros viejos en la casa del amigo donde acampábamos todos. En la Granja tan sólo había una pequeña capa de nieve, pero los tres, con la energía de los sueños infantiles sin satifacer, nos tiramos nieve como salvajes durante más de una hora. Con 26 y 29 años, respectivamente, mi hermano y yo tuvimos nuestra primera batalla de bolas de nieve. Yo había podido hacerlo unos años antes en la pequeña e insulsa, pero muy conocida, ciudad de Saarbrücken, pero fué con desconocidos, salvo por el bueno de Ruli. Asi que comprendereis nuestro entusiasmo. Para Isa y Pablo era su primera nevada y para Isa la primera vez que estaba en la nieve. Aquella tarde, en que nos emborrachamos de infancia y despreocupación, fue pasando a golpes de nieve y cuando quisimos darnos cuenta ya habían cerrado los jardines de la Granja, que era uno de nuestros supuestos objetivos y que hubiera sido una visita memorable. Pero no nos arrepentimos, yo no me arrepiento, porque aunque tiritando y asfixiados, jugamos y nos revolcamos como cachorrillos frente a la madriguera. Luego un canuto en el banco de la foto y un chocolate caliente, aquella brillante y fria tarde pasó como una resaca leve, dejandonos un regusto a epocas en blanco y negro, vistas en peliculas de los sabados por la tarde, con los pies en la copa de casa de la abuela. Aquella comunión con mi hermano e Isa y con nuestros sueños de antaño hizo que esa tarde quedara claramente como uno de los grandes momentos (de los buenos) que he vivido con el pavo buitre (Visite Scanea2.blogspot.com) y con Isa, mi amada compañera.

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