lunes, 12 de febrero de 2007

Once upon a time...



Erase que se era un joven y apuesto mozo que cumplió los dieciocho años y, tras mucho torturar a su pobre padre, consiguió que le mandaran un mes a Inglaterra, la perfida Albión de los libros de piratas. Era mi primera salida al extranjero de verdad, solo y para un tiempo considerable. Era mi primera escapada. Cierto que me quedaba en casa de una familia donde la madre era de Cádiz, y donde tenía clase de ingles, pero todo era tan nuevo... He dicho solo y no es cierto, mi prima Bea, con el gen Fernández de cogerlas al vuelo, decidió que era su propia oportunidad y cameló al padre con aquello de "si voy a estar con el primo Ramón". Asi que se vino, pero eso solo me dió algo de compañia sin cortarme lo mas minimo. Si, queridos lectores, vuestro amigo Ramón también fue joven una vez. En estas lineas que tan fervientemente leeis (seguid leyendo, os estoy apuntando), hemos saltado nada mas y nada menos que a 1994, el siglo pasado. Se me ve tan delgadito, con mi pelo rojo y medio largo. Estoy al borde del orgasmo friki, porque me hallo en el British frente a unos murales asirios de mas de 2500 años de antiguedad y esas cosas me ponen cachondo, ya sabeis. Sólo Ross Geller podría entenderme, pero que vamos a hacerle, si es ficticio. Esta imagen representa el comienzo de mi vocación internacional y guirofila, que tantos buenos momentos me ha traido, y también el habito de moverme solo, de irme de excursiones culturetas con mi musica y mi guia o sin ella. Aunque solitarios, esos momentos de descubrimiento siempre me han dejado hechizado, preso no sólo de la maravilla que estaba contemplando sino también del silencio interior en que los conocí, incapaz de comunicarlo con nadie, puesto que solo me hallaba. La experiencia quedó cerrada con matricula cuando volví con Isa y Cuchon a ver los mismo murales, pero 12 años despues, siendo arqueologo, no estudiante de COU. En cierto sentido fue como visitarme a mi mismo doce años despues, para comprobar los cambios. ¿Y sabeis que? Aunque todo es mejorable, me gusta como ha salido la cosa en general.

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